Ocho claves del rey Salomón para la comunicación
-
El Hombre más rico que jamás existió
- 1.- Hable de tal modo que los demás lo quieran escuchar.
- 2.- Aprenda a ser persuasivo.
- 3.- Escuche antes de hablar.
- 4. Hable lentamente y vigile sus palabras atentamente
- 5. No eche nunca por tierra a los demás; más bien, levantelos.
- 6. Deténgase mientras esté a tiempo
- 7. Comparta la genuina sabiduría
- 8. Diga siempre la verdad
- Comprar Libros de Steven K. Scott
El Hombre más rico que jamás existió
El principal problema en los negocios y en la vida de las personas es la falta de una buena comunicación. Las ocho claves del rey Salomón para la comunicación son realmente de sentido común, pero en nuestros días, no son muy comunes.
El rey Salomón nos da 8 claves para potenciar la fuerza de nuestras palabras y de lo que comunicamos. El Hombre más rico que jamás existió Steven K. Scott nos explica cada una de estas 8 claves de comunicación.
1.- Hable de tal modo que los demás lo quieran escuchar.
La lengua de los sabios hace agradable la ciencia, la boca de los insensatos esparce necedad.
Salomón nos dice que no debemos hablar por hablar, la mayoría decimos lo que sentimos y pensamos en ese mismo momento, sin analizar lo que se quiere decir. Si queremos comunicar a otra persona algo que quede claro y lo valore, debemos expresarlo de una manera aceptable y que lo pueda digerir fácilmente.
2.- Aprenda a ser persuasivo.
El corazón del sabio enseña a su boca y hace persuasivo sus labios.
La primera parte de este proverbio “enseña a su boca” nos quiere decir que no debemos hablar por hablar, debemos aprender cuando hacerlo y cuando no y cuando lo hagamos estar consciente de ello y de lo que decimos.
En la segunda parte dice ser persuasivo que significa presentar una idea en forma clara y convincente lo que no significa que manipulemos que esta relacionado con el engaño.
3.- Escuche antes de hablar.
Si uno responde antes de escuchar, eso es para él necedad y confusión.
Debemos aprender a escuchar para poder hablar. Es un mal hábito no dejar que los demás terminen de expresar sus ideas antes de expresar la nuestra, de lo contrario pareceremos groseros y podríamos sacar conclusiones equivocadas de lo que quiere expresar la otra persona..
4. Hable lentamente y vigile sus palabras atentamente
¿Has visto a un hombre que se precipite en sus palabras?
Más se puede esperar de un necio que de él.
Las personas que hablan rápido no ponen atención en sus palabras y la mayoría de las veces quedan como necios ya que no miden sus palabras y dicen lo que sienten y piensan en ese mismo momento.
Hablar pausadamente nos permite analizar bien lo que queremos decir y expresar y hacerlo de una forma adecuada con un mensaje claro y preciso.
5. No eche nunca por tierra a los demás; más bien, levantelos.
La palabra puede ser muy poderosa, puede herir a una persona, pero también la puede levantar. Es muy fácil soltar palabras sin medirlas ni medir sus consecuencias, debemos evitar hablar mal de las personas tanto si están o no presentes. Hay que utilizar palabras positivas en vez de las negativas.
6. Deténgase mientras esté a tiempo
Cuando hay muchas palabras, la trasgresión es inevitable; pero aquel que reprime sus labios es sabio.
El hablar demás es muy común y es preciso controlarnos. Salomón nos dice que una vez que expresemos nuestra idea y seguimos hablando, lo más seguro, es que todo lo adicional a esa idea sea una necedad.
7. Comparta la genuina sabiduría
La boca del justo da frutos de sabiduría.
En el punto anterior, Salomón nos indica que no debemos hablar más de la cuenta, pero para todo hay una excepción. Cuando una persona es sabia y llena de conocimiento, debe expresar y enseñar esta sabiduría, por lo cual Salomón lo anima a hablar y compartir esta sabiduría.
8. Diga siempre la verdad
Los labios mentirosos disimulan el odio; quien profiere una calumnia es un necio.
Proverbios 10:18
Hay un dicho que dice “la verdad os hará libre”. Mentir se ha hecho costumbre en nuestra sociedad, los medios, la publicidad, grandes corporaciones y gente común, mienten muy a menudo. Salomón nos dice que mentir no es una acción inteligente y que tarde o temprano dejará mal a quien mienta.